16 agosto, 2006

John Kennedy Toole

Todo acerca de ti se ha convertido en una leyenda. Abandonaste este mundo en 1969, a la edad de 32 años. Cuentan que estabas deprimido, habías engordado, bebías demasiado, aferrado a un sexo sin control. Desilusionado por no encontrar editor para tu obra literaria, un día de forma estudiada condujiste por una carretera rural a través de la costa del golfo de Mississipi. Aparcaste el vehículo. Sacaste una manguera de las de regar el jardín. Colocaste un extremo en el tubo de escape y el otro lo introdujiste por una de las ventanillas traseras. Fuiste hallado muerto con el motor del coche aún en marcha.

Tu personalidad reunía demasiadas controversias: habías sido un niño mimado; un prodigio academico de primer orden; un muchacho torturado por los conflictos con una madre dominante; un joven con una identidad sexual no asumida; un hombre con signos de esquizofrenia; un profesor de lengua muy apreciado; un trabajador incansable; un amante de las costumbres y la música de New Orleans, tu lugar de origen. Te marchaste de este mundo pensando que tu obra, aquella a la que habías consagrado todos tus esfuerzos, nunca seriá publicada. No fue así. Años después de tu muerte, multitud de nuevos lectores se aproximan a tu obra, descubren tu talento y entonces piensan que tu desaparición les arrebató a un autor que, de haber continuado escribiendo, habría proporcionado grandes obras a la literatura de todos los tiempos. Por eso se te sigue echando de menos, Ken.

Everything about you has turned into a legend. You died in 1969, at the age of 32 years. They tell that you were depressed, had put on weight, were drinking too much, stuck to a sex without control. Disappointed that you did not find publisher for your literary work, one day you drove by a rural highway across the coast of the gulf of Mississipi. You parked the vehicle. Extracted a hose of those of watering the garden. Placed an end in the tailpipe and introduced the other for one of the rear windows. You were found dead with the engine of the car still on.

Your personality was assembling too many controversies: you had been a pampered child; an academic prodigy of the first order; a boy tortured by the conflicts with a domineering mother; a young man with a not assumed sexual identity; a man with signs of schizophrenia; a very valued teacher of language; a tireless worker; a lover of the things and the music of New Orleans, your place of birth. You left this world thinking that your work, that one to which you had dedicated all your efforts, never would be published. It was not like that. Years after your death so many new readers come closer your work, discover your talent and then they think that your disappearance snatched them an author who, in the case of having kept on writing, would have provided great works to the all time literature. That's why they keep on missing you Ken.

3 comentarios :

Anónimo dijo...

La literatura y el suicidio siempre han estado muy unidos, hay altos índices de suicidios entre artistas literarios… autores que crearon vida con sus plumas, fueron capaces de acabar con la suya…

Dicen que la relación entra la creatividad y la locura no es algo nuevo, y que los enfermos emocionales son más creativos que las personas equilibradas…

El mito se suele crear después de su muerte, cuando se hacen conocidos. Lo más triste es que sólo entonces se les toma en serio, como le pasó a John Kennedy Toole…la pena es que no nos siga deleitando con su magnífico talento…

Pero…siempre nos quedará…” La conjura de los necios”…
Besos.

Anónimo dijo...

No leí La conjura de los necios, pero todo llegará.

Un beso, te iré leyendo siempre que pueda, me gusta.

Inés dijo...

Sabes presentar a los autores que te gustan, los vuelves a la vida con una emoción que trasmites perfectamente bien. Me gusta leerte. Estos posts son joyitas.

Saludos